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El origen de Julio César: entre el mito y la historia

Hacia el 12-13 de julio del año 100 a.C. nació en Roma Julio César, el político y militar romano mas conocido de la historia. Con 56 años se convirtió en el rey sin corona de Roma tras su victoria en una sangrienta guerra civil que puso en sus manos todo el poder de la República. Su trágico asesinato a manos de partidarios y miembros de la élite romana fue solo el final de una vida de triunfos, cuyos comienzos rozan el mito y la leyenda.

Retrato de Julio César, Clara Grosch (1892)

Nacido en el seno de una familia patricia que pertenecía a la gens Julia, el César podía presumir de ser descendiente del mismísimo Rómulo, fundador y primer rey de la Ciudad Eterna. Para conocer de dónde viene su linaje, nos tenemos que remontar mil años atrás hasta la Guerra de Troya, el conflicto bélico que enfrentó a ejércitos troyanos contra griegos. 

El origen de la guerra está relatado en los escritos de Homero (La Ilíada) quién sentencia que este conflicto surgió como castigo hacia los troyanos por haber raptado a Helena de Esparta. 

Como todo relato de la antigüedad, se suele mezclar el mito con la historia, y en este caso, su detonante fue el famoso juicio de Paris. Según la mitología griega, durante la celebración de las bodas de Peleo y Tetis, Eris (diosa de la discordia) se presentó de improviso ya que no estaba invitada y dejó sobre la mesa una manzana de oro destinada a la más hermosa. Este premio fue reclamado por Hera, Atenea y Afrodita, y para resolver el asunto Hermes le encargó el trabajo a Paris, príncipe de Troya. Durante la celebración del juicio las tres diosas quisieron sobornar al joven príncipe ofreciéndole dones y regalos en caso de que las eligiera: Atenea (diosa de la guerra y la sabiduría) le ofreció la victoria en batalla; Hera (diosa de la fertilidad y el matrimonio) le ofreció poder político; y Afrodita (diosa del amor y la belleza) le ofreció el amor de la mujer más hermosa de la tierra. Aquí Paris por su naturaleza romántica, optó por darle la manzana a Afrodita y ella, como premio, le concedió el amor de Helena, reina de Esparta. 

El Juicio de Paris, Peter Paul Rubens (1638-1639)

Durante una estancia en la corte del rey Menelao, esposo de Helena, Paris aprovechó para seducirla y raptarla, y juntos embarcaron rumbo a Troya desencadenando el conflicto bélico más famoso de la antigüedad. El destino de estos dos amantes estaba sellado el día que Paris escogió a Afrodita, pues las dos diosas que fueron rechazadas decidieron apoyar a los griegos durante la guerra y se cuenta que fue la misma Atenea quién puso en la cabeza de Odiseo la idea de diseñar el Caballo de Troya. A partir de aquí, todos conocemos el final: los griegos saquearon Troya, Aquiles murió por una flecha en su talón lanzada por Paris, masacraron a la mayor parte de los troyanos y prendieron fuego a la ciudad.

Solo unos pocos supervivientes consiguieron salir de Troya a tiempo liderados por Eneas, hijo de la diosa Afrodita, que cuando la ciudad estaba ardiendo le dijo a su hijo: “abandona Troya porque el destino quiere que de ti nazca la ciudad que será maravilla del mundo”. En efecto, los que lograron escapar emprendieron viaje hacia el Lacio (la región centro occidental de Italia) donde Eneas se convirtió en el primer rey y de su especie descendieron los gemelos Rómulo y Remo, que allá por el 753 a. C. fundaron sobre la colina palatina la ciudad de Roma. 

Rómulo y Remo, Peter Paul Rubens (1515-1516)

En la Eneida, Virgilio cuenta como se le dice a Venus “no temas por tu hijo Eneas, porque sostendrá en Italia grandes guerras y dominará pueblos feroces, y les dará leyes y murallas. Pasarán tres veranos y tres inviernos antes de que pueda reinar en el Lacio y logre subyugar a los rútulos. Y el hijo de Eneas, el niño Ascanio, que ahora lleva el nombre de lulo, llenará con su imperio treinta largos años, y trasladará la capital de su reino a Alba Longa. Allí reinará durante trescientos años el linaje de Héctor (príncipe de Troya y hermano de Paris), hasta que la reina sacerdotisa Ilia fecundada por el dios Marte, dé a luz a dos hijos en el mismo parto. Luego Rómulo, uno de los hijos, engalanado con la roja piel de la loba, gobernará a aquella gente y levantará murallas en la ciudad de Marte y dará su nombre a los Romanos. No pongo límite ni plazo a las conquistas de este pueblo.” 

Alegoría del mes de julio con el triunfo de Júpiter y el símbolo de Leo, Anónimo (siglo XVI)

De esta noble generación de nombre lulus vinculados a Júpiter, cuyo origen es llamado primeramente Jobo (lobus, o lobo), desciende Julio César. Su nombre puede relacionarse con Jove, forma original de lupiter. La familia en la que nace Julio César era una familia lulia renombrada después a julius de donde deriva Julio (y descendientes de Héctor de Troya). 

Sus orígenes pues, hacían presagiar que no iba a tener una vida ordinaria, y su nombre ha resonado a través de los siglos llevando su triunfo mas allá de las estrellas. Ejemplo de ello es el nombre que recibe el cráter lunar Julius Caesar en su memoria o la denominación del cometa de César, uno de los más brillantes de los que hay testimonio. 

Pero el que más nos suena es el nombre del séptimo mes de nuestro calendario. Antiguamente, en el calendario romano, el mes en el que César nació se llamaba origilamente Quintilis, ya que era el quinto mes del año. En esta época se desarrollaba la recolección del trigo y siempre se representaba con un segador practicando esta tarea, o con un joven de cabellos dorados y una corona de espigas. Fue Marco Antonio quien decidió cambiarle el nombre y llamarlo Julio en honor al gran militar que nació ese mismo mes. 

Representación del mes de julio en "Las tres ricas horas del Duque de Berry"

No podemos saber a ciencia cierta si realmente sus orígenes fueron los que hemos relatado, lo que sí podemos afirmar es que Julio César consiguió lo que muy pocos hombres han conseguido en la historia, y estos épicos personajes a veces pueden llegar a considerarse dioses.

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