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Mostrando entradas de mayo, 2020

Rubens nos cuenta cómo nació la Vía Láctea

Peter Paul Rubens falleció tal día como hoy (30 de mayo) en Amberes, Flandes (actual Bélgica). Como pintor aunó un tremendísimo talento artístico además de éxito social y económico junto con un alto nivel cultural. Su obra ofrece una abundante temática que va desde pinturas religiosas, históricas y paisajísticas a escenas mitológicas. En la época que le tocó vivir a Rubens (finales del Renacimiento europeo) existía una gran nostalgia por la antigüedad, por volver a los elementos clásicos, las culturas griegas y romanas, y se produjo la vuelta a la representación de escenas paganas. De la vida de Rubens hablaremos más adelante, porque hoy nos toca centrarnos en la obra que vosotros habéis elegido y que se encuentra expuesta en el Museo Nacional del Prado en Madrid: El nacimiento de la Vía Láctea . El nacimiento de la Vía Láctea. Peter Paul Rubens (1636-1638) El Prado posee actualmente la mayor colección de pinturas de Rubens, procedente casi en su totalidad de la Colección Real Española

Monumentos funerarios: El panteón de Joselito El Gallo

El arte podemos encontrarlo en cualquier lugar. Sin embargo, muchas veces pasa desapercibido a nuestros ojos. Este es el caso de los monumentos funerarios que quizás por su situación, no son tan conocidos ni visitados como debieran. En esta ocasión nos vamos a detener en el Cementerio de San Fernando, de la ciudad de Sevilla, que bien puede ser considerado como un museo al aire libre, ya que en él se encuentran magníficos panteones que a su vez dotan al lugar de un especial simbolismo. Entre los sepulcros más sobresalientes, encontramos el del pintor José Villegas; el panteón López Solé (construido por Aníbal González en 1912), la tumba del gran Antonio Machín, el famoso Cristo de las Mieles (esculpido por Antonio Susillo) o el panteón del torero Joselito el Gallo, que hoy será nuestro tema de análisis. Monumento funerario de Joselito el Gallo. Mariano Benlliure. 1925. Bronce y mármol. La semana pasada se cumplían 100 años de la muerte de José Gómez Ortega, más

Botticelli: el hombre que puso rostro a Venus

En la Florencia del siglo XV, un tal Alessandro Filipepi vino a nacer en el seno de una familia de curtidores de pieles. Universalmente conocido como Sandro Botticelli, fue el creador de algunas de las obras mas emblemáticas del Renacimiento italiano (seguro que muchas ya os suenan). Parece ser que el pequeño Alessandro tenía una salud delicada ya que existen documentos en los que su padre afirmaba, en una especie de declaración de la renta de la época, que su hijo de trece años era un enclenque. Nada hacía presagiar que este se convertiría en uno de los grandes maestros del Quattrocento y que sus obras serían reproducidas hasta el infinito. El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli, 1484. Galería Uffizi, Florencia De cualquier forma, de joven debió ser talentoso ya que pronto sus vecinos se percataron de las cualidades de Botticelli. Y ¿quiénes eran esos vecinos? Pues nada más y nada menos que aquellos que daban apellido a su única musa: los Vespucci. Fueron ellos los que lo recomenda

Miguel Mañara: el impulsor de la Caridad

Sevilla es una ciudad rica en historia, pero también en leyendas. Sus calles son testimonio vivo, como si de un cuento se tratase. Sus monumentos nos hablan de personajes ilustres que algún día tuvieron un papel crucial en la historia de la capital hispalense.  Hoy queremos adentrarnos en la vida de uno de estos protagonistas, cuyo recuerdo encontramos tanto en la galería de los doce sevillanos ilustres del Palacio de San Telmo como en el parque que se sitúa frente al Hospital de la Caridad, ambas representaciones del escultor Antonio Susillo. ¿De quién estamos hablando? En efecto, del Venerable Miguel Mañara. Retrato de Miguel Mañara. 1687. Juan de Valdés Leal. Si por algo se conoce a Mañara es por ser el mejor embajador de la Caridad, no sólo en Sevilla, sino en Andalucía. La práctica misericordiosa ejercida por este noble caballero de la Orden de Calatrava y hermano mayor que llegó a ser de la Hermandad de la Santa Caridad de Sevilla, le hizo valedor de ser la pers

La última cena de da Vinci: un fracaso técnico

Es una de las pinturas más famosas del mundo quizás por los enigmas que, dicen, encierra. Da Vinci no era un artista al uso, ya hemos podido conocer por publicaciones anteriores que era bastante peculiar. El hecho de que hoy día se conserven muy pocas obras suyas no tiene nada que ver con que hayan ido desapareciendo, es porque simplemente sólo terminó unas veinte en toda su vida, de ahí que sus obras sean tan valoradas. El problema no era que no trabajara o que trabajara poco, sino que estaba constantemente iniciando nuevos proyectos y abandonaba los anteriores, que raramente acababa. La pintura de la que os vamos a hablar hoy sí que la terminó (fue de las pocas), pero no estaba hecha para durar. Él tenía esas cosas. La Última Cena, Leonardo da Vinci (1495-1498). Refectorio de Santa Maria delle Grazie, Milán Os presentamos la obra que ha traído de cabeza a sus conservadores durante siglos y siglos (alguno se habrá acordado de la familia de da Vinci más de una vez). La última