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Rubens nos cuenta cómo nació la Vía Láctea

Peter Paul Rubens falleció tal día como hoy (30 de mayo) en Amberes, Flandes (actual Bélgica). Como pintor aunó un tremendísimo talento artístico además de éxito social y económico junto con un alto nivel cultural. Su obra ofrece una abundante temática que va desde pinturas religiosas, históricas y paisajísticas a escenas mitológicas. En la época que le tocó vivir a Rubens (finales del Renacimiento europeo) existía una gran nostalgia por la antigüedad, por volver a los elementos clásicos, las culturas griegas y romanas, y se produjo la vuelta a la representación de escenas paganas. De la vida de Rubens hablaremos más adelante, porque hoy nos toca centrarnos en la obra que vosotros habéis elegido y que se encuentra expuesta en el Museo Nacional del Prado en Madrid: El nacimiento de la Vía Láctea.

El nacimiento de la Vía Láctea. Peter Paul Rubens (1636-1638)

El Prado posee actualmente la mayor colección de pinturas de Rubens, procedente casi en su totalidad de la Colección Real Española. Su relación con España se inició en 1603 cuando fue elegido para encabezar una embajada flamenca a la corte del rey Felipe III en Valladolid. Durante el tiempo que estuvo en nuestro país realizó un retrato para el favorito del rey, hecho que le hizo demostrar su habilidad como pintor. Ya durante el reinado de Felipe IV, el mismo rey lo llamó a Madrid donde, por periodo de ocho meses, llegó a realizar en torno a cuarenta cuadros. Este gesto le hizo establecerse como pintor favorito del rey (muy a pesar del gran Velázquez), y ya durante el resto de su vida continuó recibiendo encargos por parte de Felipe IV hasta su muerte. Como parte de estos encargos, en torno a 1636-1638, aparece una serie de pinturas para decorar el pabellón de caza del rey, y más tarde, un total de veintidós cuadros mitológicos destinados a decorar el Alcázar Real (la mayoría de ellos se conservan en el Museo Nacional del Prado). La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participó Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió por parte de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo, con escenas que narraban las pasiones de los dioses griegos y romanos.

Dentro de esta línea, Rubens realiza El nacimiento de la Vía Láctea

La historia del nacimiento de la Vía Láctea está narrada en algunas obras, entre las cuales está la de Ovidio en el primer libro de sus Metamorfosis (168-171). Dentro de este poema, Ovidio contó la historia del mundo desde su creación hasta la divinización de Julio César combinándola con narraciones mitológicas. Durante la Edad Media y el Renacimiento, las historias contadas en Las Metamorfosis inspiraron a muchos artistas como Tiziano, Velázquez y el propio Rubens. Existe también la teoría de que Rubens se basó en la obra De Astronomica de Higinio, en tal caso, podrían ser dos los niños a los que amamanta Hera (Juno en la mitología romana) en el momento de la creación. 

Detalle del carro, tirado por dos pavos reales

La historia es la siguiente. 

¿Sabéis quién es Zeus? Imaginamos que ya sois conocedores de las aventuras amorosas del gran dios del Olimpo. Se cuenta que este dios (Júpiter en la mitología romana) era bastante infiel a su esposa Hera. De una de sus infidelidades con una mortal llamada Alcmena, nació Heracles (Hércules). El niño se convirtió en el favorito de Zeus incluso antes de nacer, cosa que no gustó mucho a su esposa inmortal (imaginad tener que aguantar la cornamenta universal como para que encima tu marido proclame que su hijo favorito es uno que ha tenido con su amante). Cuando Hera se enteró de la infidelidad, trató de matar al bebé. Primero obligó a Alcmena a llevarlo en su vientre durante diez meses y luego, cuando el niño nació, envió a dos serpientes para que lo estrangularan en su cuna. Sin embargo, Heracles, que era un semidios, se libró de ellas fácilmente gracias a su fuerza sobrenatural. A partir de ahí hay varias versiones del mito. 

Zeus observando la escena

La que seguramente plasme Rubens en el lienzo es aquella en la que Zeus le lleva el bebé a Hera para que le diese de mamar y adquiriese así la inmortalidad. No debemos olvidar que el niño, a pesar de ser hijo de un dios, sigue siendo mortal, por lo que su destino era convertirse en un héroe (de ahí los doce trabajos de Heracles). De esta forma, Zeus aprovechó que Hera estaba dormida para colocar al niño en su pecho, pero el ímpetu y la fuerza de este la hicieron despertar y ella lo apartó bruscamente. La divina leche derramada formaría el camino de estrellas que conduce a los dioses al Olimpo (la Vía Láctea). 

En otras versiones se apunta a que, el hecho de que aparezca Zeus, hace pensar que el niño que Rubens pinta no es Heracles, si no Hermes (el dios que siempre aparece con alas en sus pies), hijo de Zeus y de una ninfa llamada Maia. Como veis, Zeus no perdía el tiempo, normal que a su esposa le saliera la vena
criminal y acabase contratando serpientes estranguladoras de bebé.

Esta historia ha sido representada por otros artistas, como Tintoretto, obra que se encuentra en la National Gallery de Londres.

El nacimiento de la Vía Láctea, Tintoretto (1575-1580)

Una vez que habéis conocido la historia, ahora vamos a hablar del cuadro. El lienzo fue ejecutado al óleo completamente por Rubens, que introdujo algunos cambios respecto al boceto original, conservado hoy en los Museos Reales de Bellas Artes de Bruselas. Este cambio se centra en la posición de las piernas de la diosa y la introducción de la figura de Zeus como testigo del suceso, a cuyos pies se observa el águila portando rayos. 

La figura de Hera aparece sentada sobre un trono de nubes acompañada por el pequeño Heracles, escena maternal a pesar de la brusca historia. Ella lleva en su cabeza una corona de luz sobre un manto que le cubre el cabello (casi inspirado en la virgen María, una forma de acercar la mitología pagana a la religión cristiana). Al igual que otras obras de Rubens, las expresiones de los rostros son fundamentales. La diosa tiene gesto de sorpresa al haber encontrado al bebé enganchado a su pecho, el niño aparece emocionado y Zeus, al fondo, se muestra resignado ante la negativa de su esposa. El paño rojo que cubre su pubis sirve para contrastar con la blancura de su piel y la del niño. Detrás de ella aparece un carro tirado por pavos reales, el animal favorito de la diosa. Al fondo, observando la escena, se encuentra Zeus portando sus símbolos: el águila y el rayo. El infiel porta en su cabeza también la corona divina y se cubre con un paño azul. Las figuras se recortan sobre un fondo oscuro para obtener un efecto volumétrico y de perspectiva, y también para destacar la brillantez dorada de las estrellas que se están empezando a formar en el universo.

Detalle de Hera

 Ficha técnica:
  • Título: El nacimiento de la Vía Láctea
  • Fecha: 1636-1638
  • Técnica: Óleo
  • Soporte: Lienzo
  • Dimensión: 181x244cm
  • Serie: Torre de la Parada
  • Procedencia: Colección Real (Torre de la Parada, El Pardo-Madrid, Palacio Nuevo, Museo Real de pinturas a la muerte de Fernando VII).
  • Ubicación: Sala 079 (expuesto).
Fuentes:
Vía Láctea. Arte Historia
Peter Paul Rubens. Museo del Prado.

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